La Doctrina Truman (1947)
Uno de los objetivos
fundamentales de la política exterior de Estados Unidos es la
creación de condiciones en las cuales nosotros y otras naciones
podamos forjar una manera de vivir libre de coacción. Esta fue una
de las causas fundamentales de la guerra con Alemania y el Japón.
Nuestra victoria se logró sobre países que pretendían imponer su
voluntad y su modo de vivir a otras naciones. Para asegurar el
desenvolvimiento pacífico de las naciones libres de toda coacción,
Estados Unidos ha tomado parte preponderante en las Naciones Unidas.
Estas están destinadas a posibilitar el mantenimiento de la libertad
y la soberanía de todos sus miembros. Sin embargo, no alcanzaremos
nuestros objetivos a menos que estemos dispuestos a ayudar a los
pueblos libres a preservar sus instituciones libres y su integridad
nacional frente a los movimientos agresivos que tratan de imponerles
regímenes totalitarios. Esto es simplemente reconocer con franqueza
que los regímenes totalitarios impuestos a los pueblos libres, por
agresiones directas o indirectas, socavan los fundamentos de la paz
internacional y, por tanto, la seguridad de los Estados Unidos. En la
presente etapa de la historia mundial casi todas las naciones deben
elegir entre modos alternativos de vida. Con mucha frecuencia, la
decisión no suele ser libre. En varios países del mundo,
recientemente, se han implantado por la fuerza regímenes
totalitarios, contra la voluntad popular. El gobierno de los Estados
Unidos ha levantado frecuentes protestas contra las coacciones y las
intimidaciones realizadas en Polonia, Rumania y Bulgaria. Debo
afirmar también que en otros países han ocurrido hechos semejantes.
Uno de dichos modos de
vida se basa en la voluntad de la mayoría y se distingue por la
existencia de instituciones libres, un gobierno representativo,
elecciones limpias, garantías a la libertad individual, libertad de
palabra y religión y el derecho a vivir sin opresión política.
El otro se basa en la voluntad de una minoría impuesta mediante la fuerza a la mayoría. Descansa en el terror y la opresión, en una prensa y radio controladas, en elecciones fraudulentas y en la supresión de las libertades individuales. Creo que la política de los Estados Unidos debe ayudar a los pueblos que luchan contra las minorías armadas o contra las presiones exteriores que intentan sojuzgarlos. Creo que debemos ayudar a los pueblos libres a cumplir sus propios destinos de la forma que ellos mismos decidan. Creo que nuestra ayuda debe ser principalmente económica y financiera, que es esencial para la estabilidad económica y política. El mundo no es estático y el statu quo no es sagrado. Pero no podemos permitir cambios en el statu quo que violen la Carta de las Naciones Unidas por métodos como la coacción o subterfugios como la infiltración política. Ayudando a las naciones libres e independientes a conservar su independencia, Estados Unidos habrá de poner en práctica los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
El otro se basa en la voluntad de una minoría impuesta mediante la fuerza a la mayoría. Descansa en el terror y la opresión, en una prensa y radio controladas, en elecciones fraudulentas y en la supresión de las libertades individuales. Creo que la política de los Estados Unidos debe ayudar a los pueblos que luchan contra las minorías armadas o contra las presiones exteriores que intentan sojuzgarlos. Creo que debemos ayudar a los pueblos libres a cumplir sus propios destinos de la forma que ellos mismos decidan. Creo que nuestra ayuda debe ser principalmente económica y financiera, que es esencial para la estabilidad económica y política. El mundo no es estático y el statu quo no es sagrado. Pero no podemos permitir cambios en el statu quo que violen la Carta de las Naciones Unidas por métodos como la coacción o subterfugios como la infiltración política. Ayudando a las naciones libres e independientes a conservar su independencia, Estados Unidos habrá de poner en práctica los principios de la Carta de las Naciones Unidas.
Basta mirar un mapa para
comprender que la supervivencia e integridad de la nación griega
tiene gran importancia dentro del marco más amplio de la política
mundial. Si Grecia fuera a caer bajo el poder de una minoría armada,
el efecto sobre su vecino Turquía, sería inmediato y grave. La
confusión y el desorden podrían fácil mente extenderse por todo el
Medio Oriente (…).
Si dejáramos de ayudar a Grecia y Turquía en esta hora decisiva, las consecuencias, tanto para Occidente como Oriente, serían de profundo alcance. Debemos proceder resuelta e inmediatamente (…). Por lo tanto, pido al Congreso autorización para ayudar a estos dos países con la cantidad de cuatrocientos millones de dólares durante el período que termina el 30 de junio de 1948. Además de dichos fondos, pido al Congreso que apruebe el envío de personal norteamericano civil y militar, a Grecia y Turquía, a petición de aquellos países, para cooperar en la tarea de la reconstrucción y con el fin de que supervise la utilización de la ayuda financiera y material que lleguen a ser otorgadas (…).
Si vacilamos en nuestra misión de conducción podemos hacer peligrar la paz del mundo y, sin lugar a dudas arriesgaremos el bienestar de nuestra propia nación.
Si dejáramos de ayudar a Grecia y Turquía en esta hora decisiva, las consecuencias, tanto para Occidente como Oriente, serían de profundo alcance. Debemos proceder resuelta e inmediatamente (…). Por lo tanto, pido al Congreso autorización para ayudar a estos dos países con la cantidad de cuatrocientos millones de dólares durante el período que termina el 30 de junio de 1948. Además de dichos fondos, pido al Congreso que apruebe el envío de personal norteamericano civil y militar, a Grecia y Turquía, a petición de aquellos países, para cooperar en la tarea de la reconstrucción y con el fin de que supervise la utilización de la ayuda financiera y material que lleguen a ser otorgadas (…).
Si vacilamos en nuestra misión de conducción podemos hacer peligrar la paz del mundo y, sin lugar a dudas arriesgaremos el bienestar de nuestra propia nación.
Fuente:
Discurso del presidente
Truman ante el Congreso de EE.UU., Washington, 12 de marzo de 1947
El Plan Marshall (6 de
junio de 1947)
No necesito decirles, señores, que la situación mundial es muy seria (…). Al considerar lo que se precisa para la rehabilitación de Europa, la pérdida física de vida, la destrucción visible de ciudades, factorías, minas y ferrocarriles, fueron correctamente estimadas, pero se ha hecho obvio en los últimos meses que esta destrucción visible era probablemente menos seria que la dislocación de toda la fábrica de la economía europea (…).
La verdad de la cuestión
es que las necesidades de Europa para los próximos tres o cuatro
años en alimentos y otros productos esenciales procedentes del
exterior, principalmente de América, son tan superiores a su
presente capacidad de pago, que tienen que recibir una ayuda
adicional sustancial o enfrentarse con un deterioro económico,
social y político de un carácter muy grave.
El remedio consiste en romper el círculo vicioso y restaurar la confianza de la gente europea en el futuro económico de sus propios países y de Europa como un todo. El fabricante y el granjero a lo largo y ancho de amplias áreas tienen que tener capacidad y voluntad de cambiar sus productos por monedas cuyo valor continuo no esté constantemente en cuestión.
El remedio consiste en romper el círculo vicioso y restaurar la confianza de la gente europea en el futuro económico de sus propios países y de Europa como un todo. El fabricante y el granjero a lo largo y ancho de amplias áreas tienen que tener capacidad y voluntad de cambiar sus productos por monedas cuyo valor continuo no esté constantemente en cuestión.
Dejando a un lado el
efecto desmoralizador sobre el ancho mundo y las posibilidades de
desórdenes resultantes de la desesperación de la gente afectada,
las consecuencias para la economía de los Estados Unidos parecen
evidentes a todos. Es lógico que los Estados Unidos hagan cuanto
esté en su poder para ayudar a volver a una salud económica normal
en el mundo, sin la cual no cabe estabilidad política ni paz segura.
Nuestra política no va dirigida contra ningún país, ni ninguna
doctrina, sino contra el hambre, la pobreza, la desesperación y el
caos. Su objetivo debe ser la vuelta a la vida de una economía
operante en el mundo, de forma que permita la aparición de
condiciones políticas y sociales en las que puedan existir
instituciones libres. Tal ayuda, a mi modo de ver, no debe llevarse a
cabo en pedazos a medida que se desarrollen las crisis. Cualquier
ayuda que este Gobierno pueda prestar en el futuro debe procurar una
cura antes que un simple paliativo.
Cualquier gobierno que esté dispuesto a ayudar en la tarea de la recuperación, encontrará, estoy seguro de ello, plena cooperación por parte del Gobierno de los Estados Unidos. Cualquier gobierno que maniobre para bloquear la recuperación de otros países no puede esperar apoyo de nosotros. Más aún, los gobiernos, partidos políticos o grupos que traten de perpetuar la miseria humana al objeto de aprovecharse de ella políticamente o de otra manera, encontrarán la oposición de los Estados Unidos.
Cualquier gobierno que esté dispuesto a ayudar en la tarea de la recuperación, encontrará, estoy seguro de ello, plena cooperación por parte del Gobierno de los Estados Unidos. Cualquier gobierno que maniobre para bloquear la recuperación de otros países no puede esperar apoyo de nosotros. Más aún, los gobiernos, partidos políticos o grupos que traten de perpetuar la miseria humana al objeto de aprovecharse de ella políticamente o de otra manera, encontrarán la oposición de los Estados Unidos.
Es ya evidente que,
antes de que el Gobierno de los Estados Unidos pueda ir mucho más
lejos en sus esfuerzos para aliviar la situación y ayudar a situar
al mundo entero en su camino hacia la reconstrucción, tiene que
haber algún acuerdo entre los países de Europa en cuanto a lo que
requiere la situación y a la parte que estos países mismos tomarán
en orden a dar el adecuado efecto a cualquier acción que pueda ser
emprendida por este Gobierno. No resultaría ni conveniente ni eficaz
para este Gobierno intentar montar unilateralmente un programa
encaminado a poner a Europa de pie económicamente. Este es el asunto
de los europeos. La iniciativa, pienso yo, tiene que venir de Europa.
El papel de este país debe consistir en una ayuda amistosa en la
elaboración de un programa europeo y un ulterior apoyo a dicho
programa en la medida en que pueda ser práctico para nosotros
hacerlo. El programa debería ser un programa combinado, aceptado por
un buen número de naciones europeas, si no por todas.
Parte esencial de
cualquier acción afortunada por parte de los Estados Unidos es que
el pueblo de América comprenda, por su parte. el carácter del
problema y los re medios a aplicar. La pasión política y los
prejuicios no deben intervenir. Con previsión, y con la voluntad de
nuestro pueblo de enfrentarse con la ingente responsabilidad que la
historia ha puesto claramente sobre nuestro país, las dificultades
que he subrayado pueden ser superadas, y lo serán.
Fuente:
Discurso de George Marshall, Universidad de Harvard, 6 de Junio de
1947.
DISTRIBUCIÓN
DEL
PLAN
MARSHALL
1.
|
Reino
Unido
|
2.826
|
2.
|
Francia
|
2.444,8
|
3.
|
Italia
|
1.315,7
|
4.
|
Alemania
Occ.
|
1.297,3
|
5.
|
Países
Bajos
|
877,2
|
6.
|
Austria
|
560,8
|
7.
|
Belg.
Lux.
|
546,6
|
8.
|
Grecia
|
515,1
|
9.
|
Dinamarca
|
257,4
|
10.
|
Noruega
|
236,7
|
11.
|
Turquía
|
152,5
|
12.
|
Irlanda
|
146,2
|
13.
|
Suecia
|
118,5
|
14.
|
Portugal
|
l60,5
|
15.
|
Yugoslavia
*
|
29,0
|
16. Islandia 23,7
Total:
11.398 Millones de dólares
**Yugoslavia
no
formaba
parte
del
plan
Marshall,
pero
en
1950
la
ayuda
económica
norteamericana
se transfirió
a través
del
ECA
(Administración
De
Cooperación
Económica)
Fuente
de
los
datos
de
distribución:
BOOSSUAT,
G.:
“Plan
Marshall”,
en
AZEMA,
J.O.:
BESARIDA,
F.: 1938-1948
Les
annees
de
tourmente,
de
Munich
a Prague.
Dictionarie
critique.
París,
Flamariosn,
1995,
p.
229.
EN:
Aracil,
Rafael,
Ob.
Cit.,
Página
67.
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